Parte de la premisa de que los aspectos institucionales de hoy son mucho más importantes que los problemas económicos y sociales y que, aún cuando con medidas circunstanciales o de emergencia se pudiera superar la difícil coyuntura actual, aquellos son prioritarios para un desarrollo sostenido. La  planificación  y búsqueda de metas de gobierno socio económicas son  cuasi estériles si antes no hay reglas de juego claras y estables que no sean afines a la corrupción, a la que atribuyo como la principal causa,  de la decadencia de la Argentina actual. Contiene  una propuesta concreta para desactivar gran parte de la corrupción y  revitalizar el sistema Representativo, Republicano y Federal del País, que si se aprobara  para regir a partir del 2020, no cabría duda que los políticos de hoy pasarían a ser los próceres de mañana.